lunes, 21 de noviembre de 2016

Miércoles Negro: Ni una menos

El pasado 19 de Octubre miles de personas realizaron un paro con el objetivo de protestar contra la violencia de género y exigir el fin de las agresiones sexuales recurrentes en nuestro país. La consigna era vestir de negro y hacer un paro de 13hs a 14hs, luego dirigirse hacia el obelisco para caminar hasta plaza de mayo. El movimiento tiene un principal objetivo en común que se puede plantear de diferentes maneras, en mi opinión es la justicia y el respeto hacia la mujer, dentro de donde se encuentra la igualdad de derechos. Es un tema urgente pero también extremadamente delicado.
Cada 30 horas un femicidio toma lugar en nuestro país y el 75% de las mujeres sienten que existe discriminación laboral por género, allí se encuentra mi evidente interés por el tema. Como mujer, persona, ser humano, desprecio todo acto de violencia. No creo que el homicidio de una mujer sea más grave que el de un hombre; sin embargo creo que (en muchos casos) del primero es culpable toda una sociedad, no solo el asesino. Porque a lo largo de la historia se le restó importancia al rol de la mujer o se le dijo cómo debía actuar, que debía hacer y cuál era su papel en la vida; qué trabajos era capaz de hacer y cuáles no, determinaron que somos mejores amas de casa que empresarias e incapaces de separar los sentimientos de nuestro trabajo.
Está estipulado que las mujeres "hacen" para los demás, se visten para los que los demás las vean lindas, salen a bailar para que los demás las persigan, provocan para que las violen, etc. Nos restaron tanta importancia que algunos creen que merecemos la violencia de género, que nos la buscamos o que no tenemos derecho a ser lo que queramos en la vida. Es importante la difusión y el debate de este tema para demostrar, entre otras cosas, que las capacidades dependen de las cualidades de cada individuo, no de su género.
  La violencia puede ser ejercida de innumerables diferentes maneras, desde homicidio hasta violación. Especialmente en el ámbito de trabajo podemos encontrar gran cantidad de “violencia de género” ya que la discriminación y la desigualdad también son formas de violencia. Está comprobado que en todo el mundo los hombres registran salarios mayores a los de las mujeres por los mismos puestos de trabajo. Para ser más específico, en Argentina incluso presentan más horas de trabajo y empleos de mejor “calidad”. También se hace notablemente más difícil para el género femenino conseguir un trabajo, un título universitario pesa más en la mano de un hombre que en la de una mujer.
   Solamente una de cada cuatro mujeres logran obtener un puesto de trabajo como profesional vinculada a su carrera universitaria; mientras que en los hombres la cifra se duplica. Según estudios realizados, aparentemente se exigen más requisitos a las mujeres, especialmente en caso de maternidad. La constitución nacional sostiene que todo ciudadano debe poseer igualdad de oportunidades sin ningún tipo de discriminación, sin embargo parece no cumplirse ya que un sexo precisa de menos títulos representativos de su “sabiduría” que el otro.  Además, persiste un gran problema de estereotipos:  “la ingeniería y las ciencias físico-químicas son consideradas como empleos masculinos, mientras el trabajo de bibliotecarias, enfermeras y docentes es juzgado como femenino” (Carina Lupica ). Se generan pre-supuestos en los que las mujeres parecen ser más aptas a trabajos humanitarios o sentimentales y menos aptas para trabajos de lógica, fuerza o donde es necesaria la frialdad, aparentemente, característica del hombre. En una entrevista realizada por la UADE el 35% de los entrevistados considera que un grupo de trabajo es más sencillo si es formado por hombres ya que son menos “complicados”. Incluso algunas mujeres están de acuerdo con este testimonio. "Por más que desde el discurso se habla de igualdad de géneros, los estereotipos de masculinidad y femineidad no se revierten", dice Diana Barimboim.
  La Organización Internacional del Trabajo (OIT) registró en la Argentina que las mujeres ganan aproximadamente un 27,2% menos que los hombres. Lógicamente, dos personas por un mismo puesto de trabajo y el cumplimiento de las mismas tareas deberían ganar la misma cantidad de dinero, pero en muchísimos casos hay discriminación por género: se cree que las mujeres rinden menos que los hombres en ciertos puestos de trabajo. Además, como parece estar estipulado que el sexo femenino es más responsable de la casa y de la familia, se registran en todas las provincias del país más horas laborales en los hombres. Muchos plantean esta como la razón de la brecha salarial, sin embargo a simple vista se pierden detalles extremadamente importantes: la sociedad ubica a la mujer en la obligación de hacerse cargo de la mayor parte de las tareas domésticas; ya que parecen ser “trabajos de mujer”. En muchos casos, especialmente las madres, disponen de menos horas semanales para trabajar, además el 37% de las mujeres madres están entre el 30% de las personas con ingresos más bajos. “ (...) Parecen olvidar o desestimar que las mujeres partimos de una inequitativa distribución del trabajo doméstico no remunerado, que tiene un gran peso en el por qué muchas veces terminamos dedicando menos horas al trabajo fuera del hogar”, dicen D’Alessandro y Brosio. Estos economistas analizaron la brecha salarial dentro del segmento de trabajadores con estudios secundarios incompletos y resultó que las mujeres reciben remuneraciones 47% menores a las de sus pares hombres. Otra vez los estereotipos del género causan una desventaja para las mujeres sin importar sus capacidades o sabiduría.
   “En el país el escenario es un producto de una discriminación atada al hecho de que tradicionalmente la mujer no fue observada en el mercado laboral como sostén de la familia sino como un complemento

      El miércoles negro tiene como objetivo terminar con la violencia de género, muchos creen que esto significa terminar con los femicidios y violaciones, pero a pesar de que es un tema urgente, va más allá de eso. La violencia de género tiene lugar todos los días en todos lados, donde se cree que las mujeres son menos capaces que su sexo opuesto y por ello sufren muchas desventajas, tales como una dificultad mayor consiguiendo empleo que sus pares hombres, salarios menores por el mismo trabajo, tener miedo de caminar solas en la calle luego de cierta hora, tener miedo de vestirse como una quisiera por como algunos puedan reaccionar. Igualdad de derechos y posibilidades no significa que en lugar de darle a alguien capaz el puesto de trabajo se lo den a otro con menos capacidades porque también se lo “merece”, como muchos creen, sino que quiere decir que debe dejar de juzgarse por género, ideología, política o religión,  se deben juzgar las capacidades de cada uno y cuál es más apto (sin discriminación alguna) para el puesto de trabajo. Desigualdad, discriminación, homicidio, violencia verbal, etc. el objetivo es terminar con la violencia, ejercida de cualquier manera imaginable.